PAN DE LIMÓN CON SEMILLAS DE AMAPOLA.CRISTINA CAMPOS.

 PAN DE LIMÓN CON SEMILLAS DE AMAPOLA

CRISTINA CAMPOS

                                                                                                

Descrita con una exquisita sencillez nos muestra las vicisitudes de la vida de sus poderosas protagonistas, las hermanas Anna y Marina.

Marina es fuerte, independiente, hecha a sí misma y con un corazón difícil, mientras que Anna es frágil, tierna, inocente y con un espíritu simple y abnegado.

 Las vivencias del pueblo de Valldemossa, pueblecito de Mallorca, y el trabajo de los Médicos Sin Fronteras se entremezclan en una historia bella, que habla de la importancia de la familia, la calidez de las relaciones humanas y la fuerza que puede ejercer el destino de cada persona.

Es una novela donde los olores, los colores y la luz, afloran a cada página. Novela de amor, de reencuentros, de drama, de misterio. Uno tiene ganas de ser obsequiado con ese trocito de pan de limón con semillas de amapolas, receta de la abuela y de conocer a la famosa Lola que dejo en herencia la panadería, a las dos hermanas, permitiendo al destino algo insospechado: el reencuentro de las dos hermanas después de quince años sin verse.

Me ha gustado mucho la estructura de la novela: dividida en ocho capítulos, empezando cada uno de los títulos con una receta de panes y dulces que elaboraban en la panadería.

Esta novela es un regalo, una bocanada de aire fresco, una aventura abierta al mundo.

 

“En la panadería se cocía un pan dulce que contenía un ingrediente mágico que llenaba de un profundo placer a los isleños… Cada mañana esa joven panadera mezclaba sin prisas, la harina, el azúcar, la leche, el limón y las semillas de amapolas entonces …sucedía. Mientras su cuerpo se llenaba de ese pasado, cerraba los ojos y recordaba esos minutos en los que acunó a su bebé después de nacer y que a las pocas horas sabiendo que eso le pesaría toda la vida abandonó…Y entonces, mientras esos pensamientos cruzaban por su mente, cerraba los ojos y las lágrimas resbalaban, cayendo en la masa que sabía la recogería, y las esparcía entre los habitantes de su pequeña isla, los cuales al primer mordisco sentían el amor contenido en ellas.”