TODO CUANTO AMÉ
SIRI HUSTVEDT
Nueva york 1975.Leo, protagonista y narrador en primera persona, historiador de arte, conoce a Bill a partir de un cuadro que ve en una de sus exposiciones. Bill pintor que, como todos empieza de la nada se va convirtiendo en un afamado pintor pasando altibajos en su carrera. Personaje bohemio, ordenado en sus obras, meticuloso y muy sensible. Leo quiere conocer al artista y esto engendrará una amistad invencible y duradera, a pesar de todos los acontecimientos que irán desarrollándose. A partir de entonces sus vidas irán paralelas. Son padres los dos casi al mismo tiempo. Sus vidas transcurren felizmente. Las mujeres de ambos protagonistas Erica de Leo, y Lucille de Bill son mujeres cultas, inteligentes, escritoras. Y los hijos de ambos Matthew de Leo y Mark de Bill.
Bill cada vez, va ganando
más adeptos en el mundo de la pintura. Y Leo siempre está ahí para animarle en
sus proyectos. Pero, al igual que en la vida misma, ocurren desgracias, y la
peor de todas es perder un hijo. Matthew muere en unas vacaciones de colonias,
y ninguno de los presentes superara esta dura prueba. Erica y
Leo se separan por el trauma que no saben afrontar.
Bill se separa de Lucille,
y ahí vuelve a aparecer Violet, la musa que disparó su carrera artística, la
segunda mujer de Bill y el amor platónico de Leo. Violet es totalmente distinta.
Es enérgica, es muy severa en sus ideas. Escribe sobre temas tan controvertidos
como la histeria, los desarreglos alimentarios como la anorexia, la obesidad,
todo esto influye en los cuadros que pinta Bill.
Al morir Bill, Leo y Violet se encargarán de suplir a Bill en
la educación y cuidado de Mark que se convierte en un adolescente con todos los
problemas típicos de los jóvenes de hoy en día: drogas, mentiras, robos. Violet
no podrá superarlo y se va lejos de Leo.
Y Leo se queda solo en su vejez: Solo le queda Lazlo, un
amigo de ambos que viene a su casa a leerle porque Leo pierde la vista y es el
único momento del día que le da felicidad y no se siente solo.
Fragmento de una carta de Bill dirigida a Violet:
"Pensé que
tendría algo más de tiempo para cartografiar tu cuerpo, para trazar la silueta
de tus polos; de tus perfiles y de tus terrenos; de tus regiones interiores
hasta establecer una topografía completa de tus músculos, tus huesos y tu
piel".
"Las historias
que relatamos sobre nosotros solo pueden narrarse en pasado. El pasado se
remonta hacia atrás desde ahora nos encontramos y ya no somos actores de la
historia, sino espectadores que se han decidido a hablar."
He necesitado releerme las primeras 70 páginas, para poder
encauzar la novela. Creía que no podría leerlo. ¿Por qué se me resistía la
novela? Es sencillo, creí que tenía que coger un diccionario del arte, para
poder entender tantos datos sobre el arte contemporáneo, pero al final, aislé
todos esos nombres, y conseguí adentrarme en la historia propiamente dicha. Una
delicia de lectura, sensible, sentimental, muy minuciosa y con una prosa
exuberante. Todo lujo de detalles en cada una de las obras que crea Bill. Cada
una de sus obras está explicada con tanto detalle que hasta me parecía
visualizarlos como si estuviera viéndolo en una exposición. Y luego las
explicaciones de Violet sobre sus temas médicos y mentales también otro lujo.
Ha habido momentos que creía estar leyendo libros de arte y libros de
psicología, pero todo ello con una sensibilidad extrema. Y el tema de Mark, me
ha tocado muy hondo quizá porque no estoy de acuerdo, que, por ser hijo de
padres separados, tuviera que vivir toda esa espeluznante adolescencia.
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